Thursday, October 26, 2006

Fox Terrier

Esta historia se remonta a cuando vivía aún en Vitacura... y caminaba muchas cuadras para esperar por muchos minutos la 332, sin lugar a dudas la micro más esquiva de Santiago.

Y así como muchos de ustedes me fijaba de vez en cuando en los carteles que anunciaban perros perdidos. Estos carteles los encontramos comúnmente corcheteados en los árboles, pegados en los kioskos y expuestos en otros lugares "del vecindario".

¿Pero alguna vez alguno de ustedes ha encontrado un perro perdido? Más allá del altruismo y la recompensa, creo que es bien difícil que uno justo vea un perro perdido. De partida si ves un perro, ¿cómo sabes que está perdido? Además, me da la impresión que los perros no se pierden... si no que tienen un encuentro cercano con un parachoque de automóvil, una rueda de microbús o algún funcionario municipal aplicando medidas de control de natalidad perruna.

Yo, al igual que la mayoría de nosotros, nunca había encontrado un perro perdido. Hasta ese glorioso día en que caminaba hacia el paradero de micro, y en un árbol había un cartel anunciando un Fox Terrier perdido. Indicaba un número de teléfono y frases elocuentes o motivacionales como "se ofrece recompensa", "los niños están tristes", etc...

Y parado al lado del cartel, un Fox Terrier. ¡Igualito al de la foto! Yo miraba el cartel, la foto del Fox Terrier, el Fox Terrier parado al lado del árbol y pensé que eso era imposible. Pero así era. No era una visión... era un perro parado al lado de un cartel que anunciaba que estaba perdido.

Como tenía ante mí la posibilidad de hacer una buena acción, la de aliviar el dolor de los niños que lo echaban de menos y, por qué no decirlo, una motivación menos altruista como ganarme una suculenta recompensa, rápidamente tomé al perro del collar y me lo llevé a mi casa... Pero lamentablemente yo estaba muy apurado, así que dejé al perro en el patio de mi casa y me fui. Cuando volvía a mi casa en la noche, saqué una de las hojas con los datos del dueño del perro. Llegué a mi casa e ilusionado llamé al fono ahí indicado.

"Hola, te llamo por el anuncio del Fox Terrier perdido" dije, mientras pensaba en lo asombrado que iba a estar mi contraparte.

"Sí, claro, dime".

"Econtré a tu Fox Terrier, lo tengo acá en mi casa" le dije.

Yo, chocho de mi altruismo... El perro se veía a gusto en mi patio, acababa de llamar al dueño, recompensa, todo bien.

Pero amigos, la realidad supera a la ficción.

"¿¿Encontraste a mi perro??" me dice muy sorprendido.

"Sí, encontré a tu Fox Terrier, lo tengo acá en mi casa" le dije.

"No me digas.... pero que raro, porque mi perro lo encontré la semana pasada y está acá al lado mío" me dice. Yo miraba por la ventana del patio y veía al Fox Terrier pastando en mi jardin, feliz de la vida. Extraña situación. Yo acababa de secuestrar a un perro que no estaba perdido.

"Ahhhh... que raro. Entonces debe ser de otra persona" le dije, algo decepcionado.

"Sí, ojalá que sus dueños lo encuentren" me dice... nos despedimos y colgamos.

Abrí la reja de mi casa y liberé al Fox Terrier. El perro se alejó y no parecía estar enojado.

Varias veces después vi al Fox Terrier vagando por ahí. Claro, yo pensaba que caminar sin rumbo es estar perdido... pero el perro sólo se estaba dando un break.

Thursday, October 19, 2006

El Suicidio 2
("Ciclo Bomberil V")

Día de semana en la noche. Nos llaman por un intento de suicidio al interior de un departamento en un block de la rotonda Rodrigo de Araya. Llegamos al departamento indicado y nadie contesta el timbre ni los golpes a la puerta. Sin embargo habían luces encendidas al interior del departamento. Esas situaciones son complejas, donde no sabes qué es lo que hay adentro y si amerita una entrada forzada o no. Tomamos la decisión de entrar: quebramos un vidrio y empezamos a recorrer el departamento.


Revisamos las piezas, la cocina, nada. De pronto, vemos que en el living hay una persona. Tenía una corbata amarrada al cuello, cosa que es común ¿verdad? Menos común es que el otro extremo esté amarrado al riel de la cortina. Pero no se alarmen. La persona no estaba colgando, ya que toda esta “infraestructura” para el suicidio se había venido abajo, por lo que el sujeto estaba tirado en el suelo. Con corbata, riel y cortinas tirados en el suelo. Revisamos al hombre y estaba vivo. Curado, volado, empepado, semi desmayado, pero vivo. Yo nunca había visto un intento de suicidio tan estúpidamente condenado al fracaso. ¿Una corbata? ¿El riel de la cortina? No podía funcionar y no funcionó. Por suerte para él.

De pronto llega el dueño del departamento, supuestamente amigo de este sujeto. Al verlo, en vez de preocuparse y atenderlo, lo mira con cara displicente y llama por teléfono a otro amigo:

El diálogo que reproduzco a continuación es de los más extraños que he escuchado: "Lindo el cachito que me dejaste weon. Ahora este weon se trató de suicidar y está tirado en el living de mi casa. Me dijiste que este weon era normal, que le prestara una pieza por unos días y ahora mira la cagada que me dejó. Ven a buscarlo, yo no estoy ni ahí en acompañarlo en la ambulancia. Puta el cachito que me dejaste weon"

Y así fue como el “suicida” se tenía que ir solo en la ambulancia.

Si creen que hasta ahí la realidad supera a la ficción…


Cuando bajábamos al tipo por la escala, para llevarlo a la ambulancia, una vecina se nos acerca muy preocupada:

"Pobre tipo, era muy buena gente. Y tan curado y volado que está que se trató de matar. Ustedes se van a reír pero...." y se quedó callada.

"¿Pero qué?" dijimos los Bomberos.

"Ustedes se van a reír pero aunque no lo crean, este señor es el director de un centro de rehabilitación para alcohólicos y drogadictos"

Efectivamente, el suicida era el director de un centro de rehabilitación. Casa de herrero, cuchillo de palo.

Friday, October 13, 2006

El suicidio 1
("Ciclo Bomberil", IV)

Esto de los Bomberos hace que uno se vea enfrentado a situaciones muy diversas. Algunas medias sórdidas, como ya se habrán dado cuenta.

Una vez nos llaman desde un intento de suicidio arriba de una torre de telefonía celular en La Florida. Llegamos al lugar y efectivamente había un tipo encaramado encima de la torre y amenazando con tirarse. Como era sábado en la noche había mucha gente mirando, y como era una población estaban todos curados. Incluyendo al tipo arriba de la torre, por supuesto.

Pero la realidad supera a la ficción... en las películas vemos a sacerdotes u otros hombres de fé tratando de convencer al suicida de que no se tire. Aquí teníamos una chusma borracha... que gritaba cosas como "Ya po Lucho, ¿te vay a tirar o no?", "Ya po huevón, no tengo toda la noche", "Luchito, no seai arrugón tírate", "Ya po saco wea", y un largo etcétera.

La cosa es que la situación no mejoraba. El tipo seguía amenazando con tirarse, cuando el único afectado por tan estúpida acción hubiera sido el mismo... y el piso de concreto. Hasta que un Carabinero del GOPE se sube a la torre a tratar de agarrarlo. De alguna misteriosa pero habilosa manera logra subir por encima del suicida, y se ubica sobre éste en la torre. El suicida ya no podía subir más... y el paco lo empezó a empujar para abajo. El suicida cede, llega hasta el suelo, se desploma... los Carabineros lo esposan, y se lo llevan a la cuca.

Uno podría pensar en un desenlace "feliz", con el suicida vivo, y la gente que lo rodea feliz por como se dieron los hechos...

Pero la triste realidad era la siguiente: el suicida, esposado, siendo arrastrado por los pacos a la cuca, mientras todo el público presente entonaba un clásico himno chileno: "Huevón huevón, huevón huevón, huevón huevón huevón huevón..."

Así no más es la cosa.

Friday, October 06, 2006

El sueño de Jacob
("Ciclo Bomberil", parte III)

Esto ocurrió un sábado en la tarde de hace algunos años atrás. Yo estaba en la Bomba cuando de pronto llegan 3 niñitos. Tenían cerca de 12 años, y querían pertenecer a la "Brigada Juvenil", grupo de niños que se entrenan para el día de mañana ser Bomberos. Rara vez ocurre que niños lleguen así porque sí, por lo que intrigado los fui a recibir.

"Así que quieren pertenecer a la Brigada Juvenil" les pregunto.
"Sí, tenemos muchas ganas" me contesta uno.
"¿Cuál es tu nombre?" le pregunto.
"Mecharon" contesta el mismo.
"¿Qué?"
"Mecharon"
"¿Qué te echaron de a dónde?" le pregunto. El pobre niño se estaba muriendo de vergüenza.
"Nooo... Becharo. Mi nombre es Becharo. Becharo Jacob" me dice. Ahora el de la vergüenza era yo, pobre niño, no tiene la culpa de llamarse así.

Pero algo me pareció raro en toda esta situación. No era un nombre ni un apellido normal... y me sonó medio árabe más encima.

"Oye Becharo" le digo, "¿ese apellido es árabe?"

Yo no tengo nada en contra de los árabes. Pero, mi Bomba es la Bomba Israel... Y debo decirlo: ¿para qué ingresar JUSTO a la Bomba Israel si eres árabe? Hay cientos de Bombas No-Israel.

La cosa es que yo le había preguntado si era árabe: "No, no es árabe" me dice. Yo me sentí algo aliviado. Pero, la realidad supera a la ficción.

"No es árabe. Es sirio. Mi apellido y mi familia es siria" me dice.

Plop. Yo miraba a estos 3 niños árabes parados delante de mi Bomba, y no pude evitar mirar de reojo el escudo que estaba encima de mi cabeza: una gigantesca estrella de david dorada. Pensaba también que el papá quizás viendo las noticias hizo algún gesto de aprobación ante un atentado con Bomba en Israel, y los niños de eso dedujeron que el papá estaría feliz si ellos están en la Bomba Israel!

"¿Oye, y tú sabes que esta es la Bomba Israel? le pregunto.

"Sí, obvio" me dice. "Por eso tienen una estrella de david arriba y los carros tienen banderas de Israel, ¿verdad?" me dice, con lo que me di cuenta que algo entendía.

"Mmmm... Sí, por eso mismo. ¿Y qué crees que diría tu papá si sabe que estás en la Bomba Israel?

"Mi papá? Mmmm.... Yo creo que se enojaría. ¡Y harto!" me contesta... Por fin las cosas empezaban a hacer sentido.

"Miren niños, no tengo ningún problema con que se queden acá. Pero realmente creo que sería mejor para ustedes si se buscan otra Bomba, una que no sea Bomba Israel. Cualquiera, menos ésta"

"Ah ya bueno. Tienes razón. Podría ser medio complicado todo" me dice el niñito.

Y se fueron caminando hacia la Compañía que después les recomendé... A cumplir con su sueño de ser Bomberos.

Yo cerré la puerta perplejo. Pero esos niños no tenían la culpa... Salieron medios pavos no más. Creo que nunca ingresaron a Bomberos.