“Exigencia Moral: reflexiones a la luz de la fe y los magisterios”

Cuando vi este ramo en la lista de cursos a tomar, no lo pensé dos veces. Por horario no tenía alternativa, y como estudio en la PUC no tenía opción. Así que no lo pensé y lo tomé.

El profesor era un siete. Realmente buena persona, inteligente, empático. Tenía un profundo deseo de transmitir su mensaje de fe a sus alumnos, sus “prójimos”. Y a mí también. Pero los prójimos no iban a clases: firmaban la asistencia y se iban o, en el mejor de los casos, iban, firmaban y dormían.

Respecto a las enseñanzas del ramo: las encíclicas nunca han sido mucho mi tema, pero la verdad es que fue una experiencia interesante. Ya había hecho ramos de Doctrina Social de la Iglesia, Antropología Cristiana, etc., pero nada como esto.

El problema es que uno está en desigualdad de condiciones si viene de un colegio donde en vez de capilla hay sinagoga y donde en vez de hostias hay comida kosher. Sí, porque todos mis compañeros tenían un handicap tremendo ya que todos los textos que teníamos que leer ya los conocían. Por eso por lo general no me iba muy bien en los controles de lectura.

Pero el broche de oro fue la prueba 2. Me fue más o menos, así que no esperaba nada especial. En particular me había complicado con una pregunta acerca de la “mutua santificación de la pareja en el matrimonio”, ya que no recordaba haber leído acerca de eso, por lo que tuve que improvisar (mucho) en esa respuesta.

Entregaron las notas. Segal, el único rojo del curso con un 3,9. Me sentí tremendamente discriminado. Ya los quería ver a los demás si esto fuese la Universidad Judía de Chile. Empecé a hojear mi prueba, lamentando mi nota. Cuando llegué a la pregunta acerca de la “mutua santificación de la pareja en el matrimonio”, me di cuenta que un 3,9 era bastante más de lo que merecía. Mucho más.

En vez de escribir un párrafo acerca de la mutua santificación de la pareja en el matrimonio, al parecer tuve un pequeño lapsus y escribí un párrafo completo, con argumentos y explicaciones… acerca de la mutua satisfacción de la pareja en el matrimonio. No voy a ahondar en qué escribí y se los dejaré a la imaginación... pero les aseguro que no reflejaba a cabalidad los lineamientos de la encíclica.

Al profesor al parecer NO le dio un paro cardíaco cuando leyó mi respuesta, ya que siguió yendo clase tras clase... algo decepcionado de sus prójimos quizás.

Tengo que poner más atención cuando leo, tanto las encíclicas como los enunciados de las pruebas.

Un Oscar, la novia y el perro

Mi hermano ha estado trabajando arduamente los últimos meses en el rodaje de la última película de Nicolás López, "Santos". En ella actúa ni más ni menos que Elsa Pataky, que si bien tiene nombre de broma (Elsa Patazo, Zoila Cerda, etc..) es una actriz española muy famosa y muy guapa.

El otro día mi hermano tuvo que ir a buscar al novio de Elsa al hotel en el que se hospedaba, ya que éste la había venido a ver a Chile. Nada del otro mundo: ella trabajando unos meses en Chilito, él la viene a ver.

Quién es el novio? Adrien Brody. A muchos no les sonará, pero es el actor que interpreta al pianista en, era que no, El Pianista. Y recordemos que recibió un Oscar por dicho papel.

Así que mi hermano subió a este ganador de un Oscar a su destartalado Chevrolet Corsa y lo paseó por Santiago. Imagínense, alguien que uno ve en el cine y después recibiendo su Oscar, sentado en el asiento delantero del auto aquí en Santiago.

Al finalizar el día tuvo que ir a dejar a Elsa y a Adrien.

Al día siguiente, mi madre se sube emocionada al auto de mi hermano. ¿Cuántas veces uno tiene la posibilidad de sentarse en el lugar donde hace unas horas estaba sentado un actor tan famoso y ganador del Oscar? Es como poner las manos en esas estrellas de los artistas en la calle en Los Angeles, pero mucho más "íntimo". Además, mi madre a Adrien lo encuentra encatnador.

Lamentablemente para mi madre, el asiento ya había sido "poluído". ¿Cómo?

Elsa viaja a todas partes con su perro Neo, un Golden Retriever que ha recorrido el mundo.
Y también la acompaña a los rodajes. Así que a la vuelta, Adrien y Elsa se sentaron atrás, mi hermano hizo de chofer y a su lado estaba sentado Neo, el Golden de Elsa Pataky...

Lamentablemente esto significó que mi madre no pudiera vivir esa sensación de cercanía con una estrella, y se sentó donde hacia unas horas estuvo Neo.

Una vez más, la realidad supera a la ficción: Qué más que un Oscar, la novia y el perro sentados en tu auto?

El Recorte

Díganme si no es cierto pero los baños, más bien los WC, de las casas de fuera de Santiago algo tienen. Es algo tenebroso, difícil. Exponerse por primera vez a montar este caballo de loza con la firme convicción de que cumplirá su prometido.

Pero en las casas fuera de Santiago, muchas veces hay problemas.

Ya lo decían los Chancho en Piedra, que no hay que cagar en casa ajena. En mi casa en la Sierra, el sistema de desagüe no digiere bien el papel higiénico, por lo que hay que usarlo con mesura y el resto de los PCC (Papeles Con Caca), que ojalá sean PSC (sin), hay que tirarlos al basurero.

Pero hay otras técnicas. Conversando del tema, una amiga (ABC) nos preguntó si no conocíamos la "técnica" para domar hasta al WC más chúcaro: el recorte. ¿El recorte? Le pregunté que qué diablos era eso!

"Cagar recortado po, suelta y apreta, suelta y apreta", frase que acompaño de una mímica del movimiento del trasero al "recortar". Simplemente genial, nos reímos a carcajadas.

Eso no es todo: cuando estuve en la parcela estudiando para el examen, si bien los WC no fueron tan problemáticos, supimos que muchos huéspedes habían superado la capacidad natural de estos pobres aparatos. El caso más grave de todos los que habían obrado en la parcela fue el de un israelí que superó toda norma de emisión de PCC y PSC. Tan grave fue la obstrucción que no hubo sopapo ni soda cáustica que sirviera, por lo que lamentablemente tuvo que venir un gásfiter y DESMONTAR EL WATER para proceder a destapar la cañería directamente. Así es, tuvieron que desatornillar el water del suelo para luego limpiar el infestado orificio que queda cuando sacamos al Trono de su hábitat natural.

Así que ya sabe: Fuera de Santiago, WC ajeno? Sólo 3 cosas: defeque con mesura, minimice los PCC y, por sobre todo, recorte!